Los niños y jóvenes con altas capacidades van en contra del sistema porque ven el colegio un medio hostil.
La Asociación Valencia de Ayuda al Superdotado (AVAST) ha
lamentado el «desperdicio de talentos» que a su juicio supone que solo
se detecte un 10 por ciento de alumnos con altas capacidades, menores que
precisan una atención especial que les permita desarrollar su potencial y
evitar así el fracaso escolar.
«Son niños que sufren en el colegio», ha asegurado Elena
Gómez, presidenta de AVAST, quien en una entrevista a la Agencia EFE ha
señalado que aunque existen a nivel administrativo pruebas para hacer una
detección precoz de estos casos "falla" su aplicación en los centros
educativos.
Alrededor de un tres por ciento de la población es
superdotada, aquellas cuyo cociente intelectual es superior a 130, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), y afecta por igual a ambos sexos.
Según Elena Gómez, esto significa que en una clase de 30
alumnos debería haber, como mínimo, un caso en todas las aulas y los cursos,
«pero cuando hablas con profesores que están a punto de jubilarse te dicen
que no se han cruzado en toda su vida con un alumno superdotado».
A su juicio, es necesario detectar que un niño tiene altas
capacidades cuando aún es pequeño, en primaria, pero la realidad es que muchos
casos se conocen cuando ya son adolescentes, en Educación Secundario, y
comienzan a destacar por tener un mal comportamiento o mostrar rebeldía.
Los niños y jóvenes con altas capacidades «van en contra del
sistema, porque el colegio, al que acuden desmotivados porque se aburren, es un
medio hostil para ellos», según Gómez, quien ha agregado que el trabajo del
profesor en este sentido es «esencial».
Según Gómez, a pesar de que un alumno con esa alta capacidad
no debería fracasar, «el nivel de fracaso escolar es muy alto por
desmotivación, porque el sistema no les da el nivel que ellos necesitan».