Profesionales de Aragón han creado un sistema de pictogramas
pionero y gratuito que las familias pueden descargarse en sus casas.
Cualquiera que tenga un smartphone con sistema de
mensajería instantánea está acostumbrado a expresarse con emoticonos. Si se
enfada o se sorprende le basta con poner una carita amarilla que contiene casi
más significado que las letras. Aquello de la imagen que vale más de mil
palabras. La sociedad tiende a expresarse con imágenes, sin ser conscientes que
para ciertas personas, esa es su única vía de comunicación.
Los pictogramas se utilizan en el ámbito de la Educación Especial.
Son dibujos sencillos que usan los niños con dificultades comunicativas para
expresar estados de ánimo, necesidades o hábitos. Son corrientes en alumnos con
autismo, parálisis cerebral, mutismo, síndrome de Down, sordera... A partir de
estos dibujos los alumnos no solo se comunican, también aprenden. Su difusión
nunca llegó más allá de las puertas del colegio, usarlas es caro; las empresas
tienen que hacer negocio.
Esto empezó a cambiar hace cinco años en el colegio de
Educación Especial La Alborada de Zaragoza. Los profesores del centro se
pusieron en contacto con ingenieros de la Universidad de Zaragoza para diseñar
un ratón que una alumna con una parálisis cerebral severa pudiera usar con la
rodilla.
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